El proceso intelectual de la artista encierra misterios, mística y mucho más, con lo cual va componiendo sus obras donde fundamentalmente va analizando cada pincelada, dando potencia y relieve a cada una de ellas.
La esencia de su pintura sale de los pliegues de su alma y a través de una técnica propia la plasma en sus telas.
“Buscando el color”, indudablemente posee un proceso técnico que es parte de su experimentación que muestra su fuerza también a través de las texturas y al unir todo esto logra un equilibrio que atrae.
Destaca el retrato femenino interpretando mujeres que provocan admiración y a través de estas enfatiza a la naturaleza, junto a ello también hace notar el mundo animal a través de una especie.
Con todo esto rinde homenaje a la vida misma…
Marienela Azócar
En palabras de la Artista
Nací en Portugal, en el Alentejo, en algún momento entre la 2ª Guerra Mundial y la del Golfo. Tengo 3 hijos y 2 nietos. Muy joven me fui para Mozambique, en África austral, con mi familia.
En Mozambique crecí y me formé como artista y persona, en un mundo donde el sufrimiento estaba y está presente pero que es lleno de colorido, formas, texturas y luces fantásticas. Me enamoré progresivamente de esas formas, colores y luces que se abrían ante mí en toda su plenitud y fuerza.
En algún momento de mi juventud me voy de Mozambique hacia otros horizontes…
Son otras formas, luces y texturas. Son otros dolores… otros colores
No pertenezco a eses lugares geográficos pero sembrando semillas de colores, procuro raíces para poder sentirme en casa.
La búsqueda interminable de formas, luces, texturas y colores me permite mantenerme conectada con mi pasado y mi presente. No soy de parte alguna pero pertenezco a todo el planeta.
Al dolor, a la soledad, a la “saudade”, a la tristeza y finalmente a la pandemia respondo con mis Mujeres, de ojos grandes y tristes, cargados de pena pero protegidas por un universo de formas, luces, texturas y colores.